Archivo de la categoría: Sin categoría

TIPOS DE DEFECTOS ANATÓMICOS Y DISFUNCIONES DE LOS ÓRGANOS PÉLVICOS

1405537233_envejecer

En el Post de hoy vamos a tratar algunas de las disfunciones de los órganos pélvicos, que no son muy comentadas por pudor de la población a admitir que las padecen.

Debemos de prevenir su aparición y no ocultarlo ya que lo que al principio puede ser un problema leve que con un simple tratamiento tiene solución si se mantiene en el tiempo sin tratarse podría derivar un gran problema.

SUELO PÉLVICO. TIPOS DE DEFECTOS ANATÓMICOS Y DISFUNCIONES DE LOS ÓRGANOS PÉLVICOS

El suelo pélvico está formado por un conjunto de estructuras musculares, con sus fascias y ligamentos que forman lo que se conoce como diafragma pélvico, y tienen como misión básica el sostén de los órganos pélvicos (vejiga urinaria, uretra, útero, vagina, recto y ano), fijándolos a las estructuras óseas que constituyen la cintura pélvica femenina, formada por los dos huesos coxales izquierdo y derecho y el sacro. Dichos componentes músculo-apo-neuróticos no sólo deben mantener la correcta posición de los órganos pélvicos, sino que además deben permitir y facilitar sus funciones, asegurando al mismo tiempo la continencia urinaria y fecal en reposo y durante las actividades de la vida diaria.

La debilidad o la lesión de los elementos que forman el suelo pélvico predispone  a una sintomatología en muchas ocasiones múltiple, que corresponde a la combinación de distintos problemas, como la incontinencia urinaria, la incontinencia fecal, la disfunción del vaciado vesical, el síndrome de defecación obstructiva, la disfunción sexual y el prolapso de distintos órganos pélvicos.

suelo pélvico

Disfunciones miccionales relacionadas con la patología del suelo pélvico

Se define como la manifestación de cualquier perdida involuntaria de orina. Centrándose en los criterios sintomáticos, los tipos más frecuentes de Incontinencia Urinaria en la mujer son: Incontinencia Urinaria de esfuerzo (IUE), Incontinencia Urinaria de urgencia (IUU) e Incontinencia Urinaria mixta (IUM). La IUE es la pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión abdominal (toser, reír, correr o incluso andar). Se produce cuando la presión intravesical supera la presión uretral como consecuencia de un fallo en los mecanismos de resistencia uretral, que puede tener dos etiopatogenias diferentes:
a) Por hipermovilidad uretral, en el que fallan los mecanismos de sujeción de la uretra, provocando un descenso desde su correcta posición anatómica, y
b) Por disfunción uretral intrínseca, en el que el defecto se localiza en las paredes de la uretra que tienen una insuficiente coaptación, lo que produce la disminución de la resistencia a la salida de orina. Estos dos mecanismos etiopatogénicos pueden presentarse por separado o juntos en una misma paciente. La IUU es la pérdida involuntaria de orina asociada a un fuerte deseo de orinar que se denomina «urgencia». Se debe a una contractilidad aumentada de la vejiga urinaria, que en condiciones normales sólo se contrae cuando voluntariamente la persona decide orinar.

Disfunciones anorrectales relacionadas con la patología del suelo pélvico

Las dos más frecuentes son la Incontinencia Fecal  y el síndrome de defecación obstructiva. La Incontinencia Fecal es el término que expresa el escape involuntario de gases y/o heces a través del orificio anal, que causa un problema higiénico o social. No es una enfermedad propiamente dicha, sino un síntoma clínico que expresa una función anómala de la región rectoanal, por causa orgánica, producida como consecuencia de alteraciones estructurales anatómicas o neurológicas o por una causa funcional definida, como la existencia de escape involuntario de material fecal, como mínimo una vez al mes, en un individuo con edad mental mayor de 4 años asociada a una impactación fecal y/o diarrea, y siempre en ausencia de disfunción anal secundaria a lesiones estructurales.

Según las características del contenido, se subdivide en incontinencia a gases, heces líquidas o heces sólidas. Según criterios sintomáticos se clasifica en:

a) Incontinencia Fecal pasiva (pérdida de heces sin que el paciente sea consciente);

b) Incontienecia Fecal de urgencia (los escapes ocurren ante la imposibilidad de posponer la defecación).

c) Incontinencia Fecal mixta (pasiva y de urgencia);

d) Incontinencia Fecal  posdefecación (pérdida de heces tras una defecación, con normal continencia el resto del tiempo),

e) Incontinencia Fecal durante la micción.

Man with stomachache

 

Su distinción es importante, porque muy a menudo implican causas distintas. La IF pasiva se relaciona con una disfunción del esfínter anal interno (EAI), la IF de urgencia se relaciona con una disfunción del esfínter anal externo (EAE), la IF posdefecación puede deberse a una evacuación rectal incompleta, a una enfermedad perianal, como un prolapso hemorroidal, o a la lesión/disfunción del EAI; la IF durante la micción suele asociarse a lesiones medulares; en condiciones fisiológicas durante la micción la presión del EAE disminuye y la presión del EAI aumenta; en pacientes con lesiones medulares la presión del EAI no aumenta.

El síndrome de defecación obstructiva incluye una serie de síntomas: la necesidad de excesivo esfuerzo para defecar, la sensación de evacuación incompleta del recto, sensación de bloqueo u obstrucción anal, necesidad de maniobras manuales en la vagina, ano o periné para completar la defecación, y dolor con la defecación. Pueden deberse a una obstrucción en la salida por una alteración anatómica, al síndrome del periné descendente o a una disfunción anorrectal, que es la causa más común, aunque muy a menudo coexisten varias causas a la vez. Los trastornos defecatorios funcionales se clasifican en dos grupos:

a) Disinergia en la defecación definida como la inapropiada contracción del suelo pélvico o relajación de la presión basal esfinteriana menor del 20% con fuerzas propulsivas adecuadas durante el intento de defecar.

b) Inadecuada propulsión defecatoria definida como inadecuadas fuerzas propulsivas con o sin inapropiada contracción o menos del 20% de relajación del esfínter anal durante el intento de defecar.

TRATAMIENTO

Las disfunciones que acabamos  de comentar parecen que son particulares en  gente de avanzada edad, nos escandalizamos y pensamos eso a mí no me pasará, pero muchas personas jóvenes comienzan a tener estos síntomas de forma puntual que pueden llegar con el tiempo a hacerse más ocasionalmente y acabar siendo un grave problema.  Los tratamientos que aconsejan en cuanto notamos una anomalía dentro del funcionamiento normal de nuestro cuerpo relacionado con pérdidas involuntarias de orina o fecales, si no se debe a ninguna otra enfermedad, es fortalecimiento del suelo pélvico y  su tratamiento. Especialistas de este sector aconsejan una revisión mínima del suelo pélvico para poder prevenir futuros problemas que de jóvenes no le damos importancia, incluso nos da vergüenza reconocer que tenemos alguno de los muchos síntomas y lo vamos dejando pasar hasta que el problema se hace tan grande que no podemos ponerle remedio.

RECUERDA ALGO IMPORTANTE: ES MEJOR PREVENIR CUANDO ERES JOVEN QUE CURAR CUANDO YA NO LO ERES.

                                         imagen

 

El prolapso uterino

En el post de hoy vamos a hablar de una consecuencia derivada del debilitamiento de los músculos y ligamentos del suelo pélvico: el prolapso uterino.

A partir de los 45-50 años la tasa de mujeres que padece prolapso uterino es bastante alta aunque muchas veces no se comunique.

Veamos de qué estamos hablando.

¿Qué es un prolapso uterino?

Un prolapso se define como una parte del cuerpo que se cae o desplaza de su posición normal.

Cuando los tejidos, músculos, ligamentos y otras estructuras que sostienen el útero en la pelvis están débiles, el útero cae hacia la vía del parto, lo cual se denomina prolapso uterino.

A veces es frecuente que otros órganos como los ovarios y la vejiga se desprendan también debido al debilitamiento de los tejidos de la pelvis.

Prolapso uterino. Fuente: www.davincisurgery.com

Dependiendo de todo esto, podemos hablar de diferentes grados del prolapso:

  • Grado 1 o leve: ligero descenso en el interior de la vagina.
  • Grado 2 o moderado: el descenso alcanza la entrada de la vagina.
  • Grado 3 o grave: el prolapso sobrepasa la entrada de la vagina, la mujer se toca o nota perfectamente el bulto al caminar, sobre todo cuando realiza esfuerzos.
  • Grado 4 o total: el utero está completamente fuera, incluso en reposo.

Causas de un prolapso uterino

La causa principal es debilitamiento del suelo pélvico en el embarazo y parto. El prolapso es más común en mujeres que han tenido uno o más partos vaginales. Aunque existen otros factores que pueden incidir como:

  •   El envejecimiento
  •   La falta de estrógenos que conlleva la menopausia.
  •   La tos crónica, levantamiento de peso, y obesidad. Ya que incrementan la presión en la pelvis.
  •   Estreñimiento crónico
  •   Tumor pélvico (bastante raro)

Causas del prolapso uterino. Fuente: http://mujer.la/428-que-es-el-prolapso-uterino.html

Tipos de prolapso

Además del prolapso uterino (el órgano que desciende es el útero) existen otros tipos de prolapso. Dependiendo del órgano que descienda el prolapso puede ser:

  • Cistocele: cuando el órgano que desciende es la vejiga urinaria.
  • Rectocele: cuando es el final del intestino grueso hasta el recto.
  • Enterocele: cuando las asas intestinales se hernian a través del fondo posterior de la vagina.
  • Prolapso de cúpula vaginal: ocurre en aquellas mujeres a las que se les ha extirpado el útero, y la vagina se da la vuelta, quedando lo de dentro hacia afuera.

Síntomas del prolapso uterino

  • Sensación de presión o pesadez en la pelvis o la vagina, que tira hacia abajo.
  • Dificultad y dolor en las relaciones sexuales
  • Escape de orina o ganas repentinas de orinar
  • Lumbago
  • Sensación de un cuerpo extraño. Protrusión del útero y el cuello uterino hacia la abertura vaginal, con la sensación de estar sentada en una pequeña bola.
  • Infecciones continuas de la vesicula
  • Sangrado vaginal
  • Aumento del flujo vaginal
  • Dolores en el bajo vientre, a veces combinados con dolores en el sacro.
  • Estreñimiento crónico

 Prolapso uterino. Fuente: www.bekia.es

Tratamiento

  • Cuando el prolapso es leve, las molestias se pueden tratar con fisioterapia, un cambio de hábitos alimentarios (para evitar estreñimiento y obesidad), cambio de hábitos posturales (limitar el sobreesfuerzo físico y algunos movimientos), ejercicios concretos.
  • Cuando el prolapso es más grave, es muy posible que se necesite cirugía y extirpar el útero o se devolvería a su posición normal gracias a la colocación de mallas protésicas que compensen el suelo pélvico debilitado, creando de esta manera un nuevo tejido de sostén.

Prevención

La prevención pasa por fortalecer el suelo pélvico.

Mediante prácticas como el Pilates o Yoga, o con ejercicios recomendados por un fisioterapeuta, podemos fortalecer nuestro suelo y prevenir el prolapso.

Pilates en Artrosport

Para más información, en el centro médico Artrosport, atenderemos tu consulta. Puede dejarnos un comentario o bien llamarnos a los teléfonos 636 486 758 o 965 242 721

Banner-Artrosport

El suelo pélvico en los hombres

En la actualidad, está de moda hablar del suelo pélvico, pero casi siempre se hace del de las mujeres. Y tiene su lógica, ya que los cambios hormonales, el embarazo o el parto, pueden generar prolapsos de las vísceras pélvicas tanto en la vejiga, como en el recto o  útero. Y los síntomas que dan son: problemas como la incontinencia urinaria, orinar frecuentemente, dificultad para hacerlo o urgencia si sucede en la vejiga; estreñimiento, dificultad para defecar o dolores en las deposiciones si afecta al recto y problemas sexuales, sensación de pesadez o heridas en la vagina si se trata de prolapso uterino.

Pero no podemos olvidar, que es un tema que afecta también a los hombres porque ¡los hombres también tienen suelo pélvico! Y los problemas que pueden derivarse principalmente son: incontinencia y problemas urinarios y de próstata.

Éste es un tema que nos importa especialmente por nuestra vinculación con el deporte, ya que el suelo pélvico también se puede lesionar debido al deporte mal realizado o a una práctica excesiva. Por ello, los deportistas forman parte potencial de este problema.

En el post de hoy vamos a intentar aclarar algunos conceptos relacionados con el suelo pélvico en los hombres.

¿Qué es el suelo pélvico?

Como ya os comentábamos en el post ¿Qué es el suelo pélvico?, cuando hablamos de suelo pélvico nos estamos refiriendo al conjunto de músculos, ligamentos y fascias que cumplen la función de cerrar el suelo del abdomen, así como de mantener en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad, evitando que no se hernien o caigan hacia abajo.

También debe permitir el paso del interior al exterior del cuerpo a través del recto, uretra y/o vagina. Deberá disponer, por tanto, de orificios para el paso de dichos conductos. En las mujeres, además, tiene que permitir el paso del feto en el momento del parto, para lo cual deberá distenderse enormemente.

El suelo pélvico es de vital importancia por la cantidad de músculos, ligamentos y huesos que están interrelacionados. Sostiene, como hemos mencionado, los órganos reproductivos y con ellos, también los digestivos. Pero además, la columna, cadera, pelvis y piernas afectan y son afectadas por el suelo pélvico.

Y en el caso concreto de los hombres, rodea el ano y la uretra, formando parte de los esfínteres.

Las tres estructuras anatómicas que lo forman son:

• Músculos: el principal de ellos es el músculo elevador del ano, esencial en los procesos de continencia de orina y heces.

• Ligamentos: que anclan las vísceras a la pared ósea de la pelvis. Los ligamentos son estructuras muy recias, de una gran resistencia y cierta elasticidad.

• Fascias: láminas de tejido conjuntivo que recubren las vísceras de la pelvis como un envoltorio, facilitando su anclaje y sujeción a los ligamentos de la pelvis y, a través de éstos, a las paredes óseas.

El suelo pélvico masculino. Causas que lo debilitan

En el hombre los músculos del perineo sostienen su vejiga y el intestino (el colon). El conducto urinario (uretra) y el recto pasan a través de los músculos del piso pélvico. Dichos músculos ayudan a controlar la vejiga e intestino. También ayudan en la función sexual. Por ello, es vital mantener fuertes los músculos de perineo.

Los hombres necesitan tener fuertes músculos del perineo, cualquiera que sea su edad.

Los músculos pélvicos pueden debilitarse debido a:

–          Cirugía para corregir problemas en la vejiga o intestinos

–          Estreñimiento

–          Sobrepeso

–          Levantar pesos excesivos

–          Tos prolongada (tos del fumador, bronquitis, o asma)

–          Falta de ejercicio

–        Practicar deportes en los que haya incremento brusco de la presión abdominal (baloncesto, tenis, atletismo, ciclismo, halterofilia, etc.)

–          Vestirse con prendas ajustadas

–          Tocar instrumentos de viento

–       El envejecimiento porque supone una pérdida progresiva de masa y tono muscular.

¿Cómo localizarlo en el hombre?

Lo primero es determinar de qué estamos hablando realmente, es decir, localizar el suelo pélvico en nuestro cuerpo para poder precisar cuáles son los músculos que necesitamos ejercitar, bien sea por prescripción médica, bien sea para tener una mejor calidad de vida.

Para ello vamos a hacer 4 sencillos ejercicios:

1. Siéntate o tiéndete con los músculos de muslos y nalgas relajados. Utiliza un espejo de mano para observar la contracción de los músculos pélvicos.

2. Aprieta y contrae el anillo muscular alrededor del recto como si quisieses evitar el paso de gases. Ahora relaja ese músculo. Aprieta y relaja dos o tres veces hasta estar seguro de haber encontrado los músculos correctos. Trata de no apretar las nalgas.

3. Al orinar trata de interrumpir el chorro, y luego comienza a orinar de nuevo. Haz esto para saber cuáles son los músculos correctos que debes usar, pero sólo hazlo una vez por semana, ya que con mayor frecuencia la vejiga no se vaciaría como debería.

4. Ponte de costado frente a un espejo, sin ropa. A medida que contraes firmemente los músculos pélvicos y los mantienes contraídos, verás cómo el pene se retrae y el escroto se levanta.

Si no sientes que puedes “apretar y levantar” los músculos pélvicos, si no te es posible aminorar el chorro de orina, o si no observas ningún movimiento del escroto y el pene, entonces es importante que realices ejercicios para fortalecer dichos músculos y que te pongas en contacto con un especialista. En caso de poder realizarlos correctamente, puedes también ejercitarlo para disfrutar de una vida sexual más plena entre otras cosas.

suelo pelvico masculino

Ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico masculino

Ya os hemos hablado en diferentes posts, de los beneficios de estos ejercicios para fortalecer el suelo pélvico sobre todo femenino. Vamos a ver ahora qué ejercicios benefician a los hombres.

Adopta una postura cómoda. Para ello puedes estar sentado, de pie o acostado.

Al principio, es posible que la postura más cómoda sea la de sentado, pero a medida que los músculos se fortalezcan, deberías poder hacer los ejercicios en las tres posiciones.

Contrae los músculos del piso pélvico durante cinco segundos, luego relájalos durante cinco segundos. El objetivo es llegar a contracciones que duren diez segundos, seguidas de diez segundos de relajación. Repítelo diez veces. Sigue con dos series de cinco contracciones fuertes y rápidas. A lo largo del día realiza tres series de estos ejercicios para el suelo pélvico.

Tenemos que tener en cuenta algunos aspectos para realizarlos de forma correcta y efectiva. Entre ellos están:

– Intentaremos no usar los músculos del estómago, de los muslos o las nalgas. Para saber si los estamos utilizando o no, vamos a colocar la mano sobre el abdomen, si sentimos que se mueve, es porque estamos usando los músculos del estómago.

– Procuraremos respirar libremente y sin contener la respiración. Podemos hablar mientras hace los ejercicios para asegurarnos de no controlar la respiración.

– Tendremos en cuenta, no hacer los ejercicios de Kegel cuando estemos cansados. Este músculo no es diferente a otro músculo del cuerpo, y no obtendremos la respuesta que deseada si el músculo está cansado.

– Se hacemos correctamente los ejercicios deberíamos comenzar a notar mejoría unas dos semanas después de hacer los ejercicios de Kegel.

– Y para terminar, es muy importante, que formen parte de tu rutina diaria: crea un hábito. Es importante que incluyas los ejercicios de Kegel en tu día a día. Los puedes realizar en cualquier lugar y en cualquier momento.

Si tienes alguna duda o consulta escríbenos e intentaremos ayudarte.

Un nuevo modelo de conos vaginales, Pelvix Concept

Ya sabemos de la importancia de mantener a tono los músculos del suelo pélvico. En este post vamos a hablar sobre un nuevo modelo de conos vaginales, más fáciles de aplicar e idóneos para aquellas mujeres que empiezan a utilizar este tipo de herramientas para fortalecer sus músculos pélvicos.

Su nombre es Pelvix Concept y su creación es producto de un amplio estudio realizado entre urólogos, ginecólogos y fisioterapeutas especializados en el tratamiento de las dolencias de los músculos del suelo pélvico.

El Pelvix Concept tiene la misma forma ergonómica que los conos vaginales. Hecho con silicona médica hipoalergénica, esta nuevo dispositivo está formada por una pieza en cuyo interior deben colocarse los diferentes pesos y tres esferas de distinto diámetro y peso. Además posee unas estrías en su parte central que ayudan a que se adapte adecuadamente a las paredes vaginales, termina en una punta que facilita su aplicación y la parte posterior se cierra en ángulo para que sea más cómodo cuando se da la contracción en los músculos.

En el interior de la pieza central del Pelvix Concept deberán colocarse, de forma gradual a medida que vaya avanzando el tratamiento, tres pesos de 26, 34 y 51 gramos cuyo movimiento genera la estimulación del riego sanguíneo y ayuda a mejorar la tonicidad de los músculos del suelo pélvico. Utilizándolo unos veinte minutos al día durante unos tres meses ya podrán observarse las mejoras.

Cuando se empieza a utilizar Pelvix Concept se debe introducir de la misma manera que un tampón y sin ninguno de los pesos en su interior. De esta manera, la propia contracción involuntaria de los músculos de la vagina harán que se mantenga dentro. Una vez que Pelvix Concept se sujete de forma cómoda estando vacía, se empezarán a colocar los diferentes pesos, que irán aumentando a medida que los músculos se vayan adaptando al nuevo peso. Y así hasta llegar a la bola con el peso más alto y ser capaz de mantenerlo de manera cómoda.

Los principales beneficios de la utilización de Pelvix Concept son: mejora la elasticidad y la fuerza de los músculos del suelo pélvico, fomenta el incremento del cierre de la uretra y ayuda a prevenir incontinencia urinaria.

Laura Alonso

Los conos vaginales

Los conos vaginales son unas herramientas parecidas a las bolas chinas que ayudan a ejercitar el suelo pélvico. Se trata de un medio muy eficaz en el tratamiento de la incontinencia urinaria y para fortalecer el suelo pélvico tras un parto.

Con los conos vaginales las mujeres aprenden a contraer los músculos del suelo pélvico. ¿Cómo? Reteniendo un pequeño cono en la vagina gracias al suave reflejo de contracción que estos provocan por la sensación de que se van a caer. Tienen un tamaño medio, son muy cómodos y tienen una forma ergonómica especialmente diseñada para que no sean molestos, lo que permite utilizarles mientras se realizan diferentes tareas.

Para realizar los ejercicios de manera correcta es necesario un juego de conos vaginales en los que vienen conos de diferentes pesos que oscilan entre los 4,9 gramos hasta los 55 gramos. De esta manera podrá ejercitarse la musculatura pélvica en cualquier momento del día y en cualquier lugar. Las dos primeras semanas habrá que comenzar la actividad utilizando los conos vaginales de menor peso durante unos quince minutos al día mientras se está de pie o caminando. Luego deberá hacerse lo mismo con el cono vaginal de peso inmediatamente superior, y así hasta llegar al cono de mayor peso.

De esta manera, en varias semanas se habrá conseguido recuperar la fuerza y la tonicidad de la musculatura pélvica. Algunas de sus utilidades son:

– Antes de un parto: usados de manera preventiva antes de dar a luz lo facilitan y lo hacen menos doloroso.

– Después de un parto: permiten que la recuperación postparto sea más rápida, previenen futuras molestas de orina y ayudan a recuperar de manera más rápida la vida sexual de pareja.

– Pérdidas de orina ocasionadas por la edad: los conos vaginales pueden usarse a cualquier edad, incluso después de la menopausia. Su utilización permite aumentar la lubricación vaginal que disminuye a causa de la falta de estrógenos.

– En mujeres deportistas que, debido a la descompensación muscular, tienen pérdidas de orina tempranas, la utilización de conos vaginales en sus rutinas retrasa e impide la incontinencia.

Laura Alonso

Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico

Para muchas mujeres el suelo pélvico es un gran desconocido y, sin embargo, es muy importante para su calidad de vida. Su función es sostener los órganos pélvicos en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento. Si esta musculatura, estructura de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior, está debilitada afectará a su bienestar.

Una de las principales causas que ablandan el suelo pélvico son el embarazo y el parto. La incontinencia tras el parto afecta alrededor del 30% de las mujeres, y las hemorroides a un 50% de las embarazadas. Ambos problemas pueden evitarse haciendo una serie de ejercicios cada día. Pero no sólo eso, los expertos aseguran además, que ejercitar la zona ayuda a mejorar la calidad de las relaciones sexuales.

Las rutinas a realizar para fortalecer el suelo pélvico son desde los famosos ejercicios de Kegel (contracciones que ejercitan el músculo pubococcígeo) hasta los puramente específicos para ejercitar la zona. También, dependiendo del caso, se puede trabajar con diferentes aparatos como conos vaginales y bolas chinas.

Para fortalecer los músculos pélvicos a continuación te proponemos cuatro ejercicios que te ayudarán a mejorar. En primer lugar, de pié, movimientos con la cadera hacia adelante y atrás, como un péndulo. En una segunda práctica, mediante la utilización de un fitball, sentados sobre la pelota con las manos bajo la cadera para realizar un movimiento lateral que cambie el soporte del peso de un lado a otro. Un tercer ejercicio consistiría en sentarse sobre un balón, con la pared abdominal contraída, separando y juntando las rodillas mientras se mantienen los pies unidos para activar la musculatura del suelo pélvico. También sobre una pelota de ejercicios, esta vez tumbados sobre esta, tomar aire y contraer la musculatura abdominal para, simultáneamente, acercar las rodillas y poner en funcionamiento los músculos aductores y el suelo pélvico.

Del mismo modo que hay ejercicios que fortalecen, hay otros que perjudican. Sobre todo en mujeres con riesgo en las que factores como la edad, los partos, la obesidad o la menopausia inciden especialmente. Los cargas abdominales son especialmente perjudiciales, ya que ejercen un presión fuerte y directa sobre los músculos del suelo pélvico. Levantar pesos, así como dirigirlos hacia el suelo, realizar rotaciones con balones medicinales, sentadillas con salto, son algunos de los ejercicios a evitar.

Alexis D. Vicente

¿Cómo fortalecer el suelo pélvico?

Algunos de los ejercicios más recomendados para fortalecer el suelo pélvico son los ejercicios de Kegel, ya que pueden realizarse en cualquier momento y lugar. Estos ejercicios consisten en contraer y relajar los músculos del suelo pélvico en repetidas ocasiones con el objetivo de aumentar su fuerza y resistencia.

¿Cómo identificamos los músculos del suelo pélvico?

En el caso de las mujeres la mejor opción es detener el flujo mientras se orina, y en el caso de los hombres, identificarlos consiste en contraer los músculos situados en torno al ano como si se estuvieran conteniendo gases. Una vez localizados los músculos, ya estamos preparados para comenzar a fortalecer el suelo pélvico.

Hay diferentes tipos de ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico:

– Lento: apretar los músculos como cuando se intenta detener la orina, tirándolos hacia arriba. Mantenlos contraídos unos cinco segundos y relajarlos otros cinco. Repetir unas diez veces. A medida que se vayan realizando podrá aumentarse a 20 los segundos de contracción.

– Rápido: contraer y relajar los músculos tan rápido como sea posible durante unos dos o tres minutos. Empezar con unas diez repeticiones al día llegar a alcanzar las cincuenta.

– El ascensor: la vagina es un tubo muscular con secciones en forma de anillo colocadas una sobre otra. Este ejercicio requiere de mucha concentración. Hay que imaginarse que cada sección es la planta de un edificio y contraer lentamente los músculos, imaginando que se trata de un ascensor que va subiendo y bajando lentamente y se detiene unos segundos en cada piso.

– La onda: algunos músculos del suelo pélvico están dispuestos en forma de un ocho, pero con tres anillos, uno situado alrededor de la uretra, otro alrededor de la vagina y el último alrededor del ano. Este ejercicio se lleva a cabo contrayendo primero los músculos que están alrededor de la uretra y luego los de la zona anal, relajándolos desde atrás hacia delante.

Para fortalecer el suelo pélvico es recomendable realizar estos ejercicios tantas veces como se pueda al día. Pero hasta que domines la técnica también puedes tumbarte de espaldas, con los pies planos en el suelo y las rodillas dobladas e intentar imaginarte como tiras de los músculos hacia arriba y repetirlo unas quince veces.

Laura Alonso

¿Qué es el suelo pélvico?

Se suele sufrir en silencio, a muchas mujeres les avergüenza admitirlo, pero el debilitamiento del suelo pélvico es un problema que ya afecta a un tercio de la población femenina.

Es cierto que el suelo pélvico no son unos músculos y ligamentos en los que se repare mucho, pero nadie puede negar que cumplen una función vital: cerrar el suelo del abdomen manteniendo en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad.

Los problemas en esa zona son más frecuentes en las mujeres. El embarazo, el parto y la menopausia suelen causar trastornos en el suelo pélvico pero también lo hacen algunos deportes de ‘saltos’ e ‘impacto’ (como la pértiga), la tos crónica o hábitos tan cotidianos como retener la orina o vestir prendas muy ajustadas.

Pero ¿cómo se puede saber si sufrimos un problema de suelo pélvico? La manifestación más habitual es la incontinencia urinaria. ¿Recuerdan a Concha Velasco anunciando una marca de compresas para la pérdida de orina? Según han reconocido algunos fisioterapeutas, ese pequeño gesto provocó que el problema dejara de ser un tema tabú y que muchas mujeres se sintieran acompañadas en su padecimiento.

Pero trabajo de concienciación aparte, los prolapsos (caída de los órganos intrabdominales) y disfunciones sexuales también debilitan el suelo pélvico.

¿Se pueden atajar todas estas patologías o por el contrario una vez diagnosticadas no nos quedará otra que convivir con ellas? Hace falta esforzarse pero sí, sus efectos pueden ser menos molestos para el día a día siempre que se fortalezcan los músculos del suelo pélvico. Existen tablas de ejercicios -la más conocida es la de Kegel- que ayudan a corregir la postura global corporal. Pero hay otros tratamientos que optan por utilizar corrientes eléctricas, conos vaginales o incluso bolas chinas.

Irene Perezagua